(APe).- Quizás la época invernal no sea por si misma perjudicial solamente para las vías respiratorias. El frío no es sólo un clima, el invierno no es sólo una estación, ya que una estación es algo quieto “estático”.
Contraponiendo este juego semántico con la realidad, puedo dar cuenta de que aquellos que trabajamos intentando dar un aporte en el cuidado de la salud humana, pasamos el invierno en movimiento, a las corridas, buscando llevar oxígeno a cada bocanada de aire, que no es más que una demora de la muerte para ese cuerpito maltratado desde su vida intrauterina. Está más que escrito, más que comprobado científicamente y más que burlado, el hecho de que cualquier vida que llega a este mundo corporizada en forma humana, no está con su sistema inmunológico plenamente desarrollado, y por ende los bebés traen firmada la declaración de vulnerabilidad ante cualquier infección, desde su nacimiento. Y cae de maduro que el capitalismo serio y responsable afianzado por nuestros antepasados y nuestros “antepresentes”, encarnados en 8 años de gobierno K, se encarga de poner más sellos como la desnutrición y la condena a vivir en los infiernos de las villas y las viviendas de cartón, donde lo raro sería no enfermarse.